El investigador y docente tucumano, Juan Carlos Malcún, acaba de publicar -con prólogo de Carlos Fos- una edición ampliada (Buenos Aires, Nueva Generación, 2017, 220 p.) de su ensayo publicado en el 2011 por Inteatro y con prólogo de Carlos Pacheco, libro que mereció el premio “Teatro del Mundo” otorgado por el Centro Cultural Rojas en 2012. En momentos en que una nueva generación de directores argentinos apuesta por los caminos de la experimentación y otros, de larga trayectoria, asumen la tarea de montar obras de autores consagrados como clásicos (García Lorca, Shakespeare, Gogol, Sófocles) el libro de Malcún adquiere una especial significación. Reconstruye la trayectoria de Víctor García, el director que logró con su concepción del espacio y su trabajo con los actores, ofrecer una nueva visión de los alcances del hecho escénico en las más dispares sociedades y culturas.
Como investigador reúne sistemáticamente testimonios (familiares, amigos, artistas, periodistas e investigadores) y documentos (manifiestos, Esta última crítica no es arbitraria ni caprichosa. Puedo dar fe de este hecho, ya que en el momento de la redacción de mi Diccionario de Directores y Escenógrafos del teatro Argentino (Buenos Aires, Galerna, 1990) pude acceder la mayor parte de los datos sobre este creador de modo privado, gracias a la documentación conservada por mi esposo, Jorge Lima quien fue integrante del grupo Mimo Teatro.entrevistas, declaraciones, plantas y cortes de dispositivos escénicos, fotos, programas). Su formación como arquitecto y su relación con el teatro (escenógrafo y profesor titular de “Percepción y Diagramación Escénica” en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán” le permite describir con precisión y analizar con un criterio propio y original la producción de las obras generadas por García en distintos escenarios del mundo: El retablillo de don Cristóbal, Ubú Rey, El cementerio de automóviles, El arquitecto y el emperador de Asiria, Gilgamesh, Bodas de sangre, Divinas palabras, El balcón, Las criadas, Yerma.
Durante más de quince años, Malcún se dedicó apasionadamente, movido por “una admiración inconmensurable por el personaje” (pp. 22-23) a reunir “material documental, fotográfico, fílmico, audiovisual y periodístico” y a “rescatar los aspectos creativos, conceptuales, teóricos y técnicos con los que Víctor García asombró al mundo en las décadas de los 60 y 70” (p. 22) Dos hitos en este período fueron el Homenaje, realizado en 1992, y su proyecto “Víctor García: trayectoria, pensamiento y creación de una revolucionario en el teatro” acreditado y financiado por el CIUNT entre 1995 y el 2000.
Los diez capítulos que lo integran ( El arte, ese objeto tan hostil; Estética y trayectoria en el teatro de Víctor García, Manifiesto Mimo Teatro; La deshumanización y lo esencial; el módulo esencial; Los actores de Víctor García; Obras representadas con la compañía de Ruth Escobar; Obras representadas con la compañía de Nuria Espert y Armando Moreno, Cronología de puestas en escena de Víctor García; Entrevista a Nuria Espert) se completa con una “Carta apasionada a un amigo de Víctor García” escrita por la citada actriz, los comentarios a la primera edición, y una bibliografía general y específica, que además de una cuidada y orientadora selección de libros, revistas diarios, radios, páginas web material fílmico consultado y material fílmico editado por el propio Malcún.
Más allá de lo que estos “muros “ y “puertas” nos dicen sobre Víctor García -para quien, como para Emerson y Camus- todo muro podía ser una puerta- el libro propone una lúcida contextualización histórico social del país y Latinoamérica e instala un concreto interrogante sobre el problema de la recepción cuando al olvido que afectó -y en parte continúa afectando- a la figura de “este talentoso poeta del teatro”(p. 21) por parte de actores , directores y críticos teatrales. ¿Quiénes consagran? ¿Quiénes silencian? ¿Los motivos de estas posturas son económicos o culturales? [1].También incorpora reflexiones filosóficas sobre el hombre y el arte, e indaga sobre conceptos tales como “deshumanización” y “desculturarización”.
Esta nueva edición vuelve a recordarnos cómo es posible aunar ciencia y arte, lógica y pasión, emoción y razón cuando se investiga sobre la historia y el teatro.
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Año II, n° 100
pzayaslima@gmail.com
[1] Esta última crítica no es arbitraria ni caprichosa. Puedo dar fe de este hecho, ya que en el momento de la redacción de mi Diccionario de Directores y Escenógrafos del Teatro Argentino (Buenos Aires, Galerna, 1990) pude acceder la mayor parte de los datos sobre este creador de modo privado, gracias a la documentación conservada por mi esposo, Jorge Lima quien fue integrante del grupo Mimo Teatro, y posteriormente fuera entrevistado por Malcún, tal como figura en ambas ediciones.
[1] Esta última crítica no es arbitraria ni caprichosa. Puedo dar fe de este hecho, ya que en el momento de la redacción de mi Diccionario de Directores y Escenógrafos del Teatro Argentino (Buenos Aires, Galerna, 1990) pude acceder la mayor parte de los datos sobre este creador de modo privado, gracias a la documentación conservada por mi esposo, Jorge Lima quien fue integrante del grupo Mimo Teatro, y posteriormente fuera entrevistado por Malcún, tal como figura en ambas ediciones.
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