lunes, 27 de junio de 2022

GRACIELA INFANTE Y SU TRILOGÍA SOBRE ARMANDO DISCÉPOLO Y EL GROTESCO CRIOLLO.

OTRA MIRADA AL GROTESCO RIOLLO, Rosario, Homo sapiens Ediciones, 2017. HUELLAS DEL GROTESCO CRIOLLO, Buenos Aires, Editorial Nueva Generación, 2019. LA VOZ DE ARMANDO  DISCÉPOLO, Buenos Aires,  Editorial  Nueva  Generación, 2021.

La escritora y estudiosa del teatro rosarina Graciela Infante ofrece con esta trilogía una amplia perspectiva y una intención totalizadora sobre Armando Discépolo, las características de sus obras y la proyección de las mismas en cuatro dramaturgos argentinos contemporáneos.

El primero, ya comentado en el momento de su aparición, propone en su primera parte una  ubicación del grotesco criollo en una periodización del  teatro  argentino  y en su segunda parte realiza un minucioso análisis de los textos dramáticos de  Armando  Discépolo. Carlos Fos en su prólogo  “El teatro de la inmigración, una mirada histórica y de análisis que huye del simplismo” destacaba como  valor destacable del libro la  mirada   profesional de la  autora “sobre la memoria que esclarece y que reivindica a la lectura crítica como eje para entenderla” al tiempo que soslaya “los lugares comunes en la historia de  nuestro teatro” (p.  17)

¿Por qué resulta sumamente positiva la aparición de los otros dos libros libros?

La publicación de estos  volúmenes con el extenso territorio de estudio involucrado justifica la pertenencia de un espacio académico  propio tanto por el nivel de rigurosidad alcanzado como  por la gran amplitud de posibilidades  a que está abierto. Los textos analizados aparecen como memoria cultural colectiva y la autora combina una visión diacrónica con información sintética de la actividad teatral. Se trata de una contribución valiosa tanto por la importancia de los temas como por la  en  metodología adoptada y la rigurosidad con la que ha trabajado diferentes tipos de referencias (archivos periodísticas, entrevistas personales, páginas web y fuentes bibliográficas regulares)

El Dr. Carlos Fos reasume su función de prologuista y destaca la  “metodología clara, bien fundamentada” y que apela “a un enfoque multidisciplinario, como así también la solidez de los puentes que Graciela Infante tiende desde el grotesco de  Armando  Discépolo a la  producción de  dramaturgos más cercanos en el tiempo como “Chávez,  Emeterio, Accame o  Zangaro con la lucidez que ilumina y no se asfixia en  anacronismos. Una operación intelectual compleja que involucra a autores con diferentes universos míticos” (“Por las huellas del grotesco”, pp. 14-15).

La autora establece en “Cuestiones previas” (p. 21 a p.25) su método y objetivos y el sentido del corte cronológico elegido (1984-2007).  Considero muy acertada la elección de las obras en las que se pueden verificar las “huellas” discepolianas y las pistas que ofrece para reconocerlas. EL CUISCUIS, el juego de palabras y silencios, las imágenes de la marginalidad y el fracaso; PASCUA REA, la ambigüedad, el uso del lenguaje la inclusión de distintas jergas y “la polifonía de diversas identidades y realidades culturales no exentas de conflicto” (p. 84); VENECIA, personajes, coordenadas espacio temporales, el lenguaje (modismos, arcaísmos, el italiano) la marginalidad y a pobreza, la convivencia de la emoción y la reflexión, las palabras del  propio  Accame que reconoce su   parentesco con Discépolo tanto en los temas como en los personajes (p.  130); LA DE  VICENTE LÓPEZ en  que la relación se verifica claramente y de manera  específica con EL ORGANITO y  RELOJERO, tanto a partir del análisis de estas obras  que ofrecen  “pistas para reflexionar y comparar” y que apuntan al  tratamiento de los personajes “con la caída de la máscara de casi todos” (p.154), y las huellas “que hablan de una memoria de pueblo que resucita y reitera situaciones y contextos, de usos y abusos de las personas…” (155)

Dos gráficos de gran valor didáctico revelan la conexión con su primer libro: El número 9  que señala las características específicas del  grotesco criollo, y el número 10  que señalas las huellas del  grotesco criollo en las cuatro obras contemporáneas analizadas. 

LA VOZ DE ARMANDO DISCÉPOLO. Estudio de los bloques didascálicos de STEFANO y CREMONA, cierra la trilogía y como los destaca el prólogo de Carlos Fos “reivindica a la cultura de archivos, obviando” las viejas tretas del coleccionismo sin método” ( “Cuando desandamos la potencia teatral de  Armando  Discépolo”, p.  14).

En la sólida estructura que sostiene la investigación se distinguen se distinguen dos partes. La primera “El grotesco criollo como voz del fracaso” (p. 19) ofrece una importante gama de reflexiones teóricas sobre sobre la función de las didascalias y que la autora entronca con el uso que Armando  Discépolo les da en su  obra al tiempo que descubre el proceso  en el que esa  “urdimbre de voces” y  “entramados de significados” (p, 34) permite al receptor reconocer “la voz del autor” (p. 38) y  asistir “a una representación virtual”  y  visualizar  “imaginariamente el espacio dramático” (p. 41)

En la segunda parte, más específica, analiza minuciosamente el cuerpo de las didascalias en las dos obras elegidas, STÉFANO y CREMONA. En esos bloques didascálicos Graciela Infante logra relacionar texto y contexto, hallar hilos conductores y dotar de sentido a la no verbalidad, y le posibilita la reflexión sobre la compleja contigüidad   del campo lingüístico con la musicología, las artes y la estética. Resultan centrales las páginas 141 a 158 porque bajo el título de “Discusión” la autora se  explaya sobre los temas recurrentes que interpelan desde las didascalias  lo que puede ser comprobado por el lector  en  los  Anexos en los que aparecen citadas las  pertenecientes a ambas obras .

Asimismo, a la criteriosa selección de las referencias bibliográficas se le suman los ocho gráficos que sintetizan las líneas centrales de sus formalizaciones teóricas, análisis textuales y análisis del discurso 

Los tres libros conforman una obra de gran erudición y significación artística que integra la historia de las obras de Armando Discépolo a la historia del país y sus exhaustivos y lúcidos análisis ofrecen abundancia de referencias cruzadas. Los materiales de referencia, los gráficos, los cuadros actanciales, contribuyen a dotar los tres libros   además de una íntima conexión, una fuente de gran utilidad para investigadores, teatristas y lectores interesados en la escena nacional.


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AÑO VI, n° 248

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