jueves, 17 de noviembre de 2016

URRAKA, MÚSICA Y HUMOR

El 11 de noviembre se estrenó en El galpón de Guevara Urraka. Historias musicalizadas con objetos reciclados, espectáculo que continúa con algunas variantes la línea iniciada por I Musicisti y Les Luthiers, continuada con Hugo Varela y en otros campos, el lírico, por “Los tres barítonos”, y el ballet por grupo El Cubo, entre otros[1]. Como Hugo Varela trabajan a partir de la parodia, lo gestual incide de manera definitoria y juegan a centrar el ridículo en la propia persona, pero no apelan ni a la figura del “hombre orquesta” ni a la creación de un lenguaje verbal propio a partir de asociaciones fónicas y sémicas. Como Les Luthiers emplean instrumentos no convencionales, pero Urraka privilegia resignificar “objetos de la vida cotidiana” como “baldes, tablas de lavar, tubos de plástico, chapitas de gaseosa, botellas de vidrio, barriles de plástico y metal” (Programa de mano). Los siete integrantes del grupo (seis hombres y una mujer) organizan diferentes secuencias en las que los ritmos elegidos tienen que ver con ritmos alejados de la alta cultura (chacarera, chamamé, milonga, reggae, jazz, cumbia, cuarteto, rock), y secuencias que rozan lo propio de la murga.

Asimismo, su estética no se sustenta en el juego de palabras y gestos mínimos, sino que el lenguaje verbal está prácticamente desterrado y los gags que generan la risa espontánea de niños y adultos citan claramente a personajes y escenas del cine mudo, y las peleas que protagonizaban “Los tres chiflados”. Esa estética, definida por ellos como de “Barrio Porteño”, se verifica también en la elección del vestuario: pantalones, camisas y chalecos, sin un estilo definido, siempre funcionales a una coreografía que subraya el virtuosismo físico que los integrantes poseen, tanto al momento de ejecutar los instrumentos de percusión como de encarar diferentes bailes. Dos excepciones: el femenino, semejante sólo en parte al de la damita joven seductora, (sus zapatos bajos, las medias corridas y el peinado lo contradicen), y el de uno de los integrantes cuyos zapatones, pantalón que no cubre los tobillos y tiradores -unido a un peinado que lo distingue del resto- que remite al por momentos al payaso, y en otros al clown de los circos, pero también a Falstaff.

El tipo de comicidad elegida apela al juego alternativo de burladores y burlados, y es el factor que permite atenuar la agresividad; la risa infantil y la risa adulta confluyen en esta propuesta en el que el puro “placer de disparatar” del que hablaba Freud convive con el desafío a la urbanidad y las convenciones. Y sobre todo, la comicidad de Urraka descubre una mecánica del teatro basada en reglas conocidas pero que pueden romperse para que surja el cambio, lo aleatorio, lo inesperado y hasta lo caótico. 

Ficha artístico técnica

Elenco: Calderón Emmanuel, De Castro Cristian, González Roberto, Gudiño Juan, Mariñelarena Mariana, Rivarola Lucas y Rodríguez Pedro.

Coreografía: Luciano Rosso y Cristian De Castro / Diseño y Operación de Iluminación: Gabriel Rivero / Vestuario: Carla Cappa y Julieta Rejtman / Realización escenográfica: Urraka / Prensa y Difusión: Simkin & Franco /Producción Ejecutiva: Maxi Villamayor Y Patricia Murphy.

Dirección General: Luciano Rosso y Hermes Gaido



[1] Para el análisis de estos y otros artistas puede consultarse Beatriz Trastoy Perla Zayas de Lima, Los Lenguajes no verbales en el teatro argentino, Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1997.

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