lunes, 27 de junio de 2016

El Kabuki revive en el Museo de Arte Oriental.

En el corriente mes de junio el Museo Nacional de Arte Oriental presenta la muestra “Aire de  Kabuki. Teatro popular y estampa japonesa del  Siglo  XIX”, cuyo curador A. A. García Rodríguez ha sabido organizar los materiales de tal modo que segura al espectador que recorre las diferentes salas goce estético e invalorable información. Toda la muestra pone de relieve el criterio de belleza que los japoneses expresan a través de cuatro términos: miyabi (elegancia refinada), mono no aware (pathos de la naturaleza), wabi (gusto tranquilo, y sabi (elegante sencillez).

A través de la mirada de ilustradores y editores japoneses, las estampas -xilografías policromas de distintos grabadores- reproducen escenas de las obras más representativas del teatro Kabuki. Datos esenciales acompañan a cada una de los materiales exhibidos y presentan los temas e historias que este género escenificaba. Recordemos que  este género trataba obras de asuntos históricos cuyos protagonistas eran guerreros o nobles, y de la vida social que focalizan su atención en episodios de la gente común incluido el tema amoroso y, según  Bowes, el elemento erótico[1].

También se informa al visitante cómo las estampas de los actores favoritos eran codiciadas y coleccionadas por los aficionados, o el por qué de la competencia existente entre editores e ilustradores. Por su parte, otros materiales permiten  acercarse al contexto específico de la recepción: la gigantografía que reproduce el interior de un teatro en el momento de una representa, la serie “Las 53 estaciones de la carretera del Tokai que enlazaba la capital Kioto con el centro del poder político de entonces, Edo y que señala las  paradas que realizaban los viajeros para descansar, la selección de los carteles de temporada y de los folletos de crítica a los actores.

La exposición también incluye fragmento de videos de dos obras, Shin Hakkenden y Yoshitsune Senbon Zakura, que también remiten a las estampas. Asimismo una pantalla de grandes dimensiones exhibe  una compilación de espectáculos de Kabuki producidos entre  el 2014 y el 2015, que permiten apreciar con claridad la técnica de la puesta en escena que exige este género. Dada  la regla de actuación que exige la inmovilidad del rostro del actor, el maquillaje -arte especial llamado kumadori- con sus distintos colores y diseños  intensifica la expresión facial y da las claves para reconocer a los diferentes tipos de personajes[2]. Por ello, tanto los videos como las estampas ofrecen una valorable  información sobre el maquillaje, la escenografía, y el vestuario; en especial, las que componen la serie “Buenos y malos endemoniados, revelan los distintos códigos gestuales.

 Los datos ofrecidos por el curador ayudan con claridad y precisión a develar las claves de este teatro y, al mismo tiempo, secretos propios del diseño de las estampas; por ejemplo, el gráfico que marca en las estampas de actores indica dónde localizar en ellas los nombres del actor y del personaje, los logotipos del grabador y del editor, la firma del ilustrador y el sello de censura.

Los tres ideogramas que componen la palabra  kabuki (ka: canto; bu: danza, y ki: actuación) cobran vida en esta exposición modélica de dos de las manifestaciones más representativas del arte japonés: la estampa y el teatro.





[1] Faubion  Bowes, Japonese  Theatre, London,  Peter  Owen Ltd, 1954.
[2] Perla Zayas de Lima, Teatro  Oriental, Instituto de  Investigaciones en  Historia del arte, Dirección de Posgrado en artes visuales “E. de la  Cárcova”, 2002. 

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