ARX LUX EDICIONES publicó en diciembre de 2015, en
Buenos Aires, una tercera edición de Diseño de iluminación teatral, obra que
el Lic. Mauricio diera a conocer en 1998
y en una segunda edición en 2006. Esta
tercera edición -con sus doscientas
noventa páginas- ofrece importantes novedades algunas de las cuales el propio autor
destaca en el prefacio a esta tercera edición . Entre las principales
modificaciones, el capítulo I incorpora la presentación de un panorama general
de las primeras vanguardias teatrales y su influencia en la iluminación; el II,
la semántica de la luz y el estilo de la iluminación; el III, además de actualizar el código USITT mediante
la norma RP-2-2006 introduce el tema de
los esquemas de iluminación; el IV, añade al problema de la iluminación en la
ópera, el que afecta al teatro de prosa,
al ballet y conciertos de música sinfónica. Esta nueva edición incluye un
apartado sobre los antecedentes históricos y conceptuales del ballet redactado
por la Lic. Vilma Santillán.
Su labor como Iluminador del
Teatro Colón, y docente de Iluminación Teatral en ámbitos universitarios
oficiales y privados, y su formación académica en Filosofía –especialización en Estética- conforman un trípode en el que se
afirma un libro que reúne una sistemática organización de todos los aspectos
fundamentales relacionados con la tecnología de la iluminación (luminotecnia),
lleva impreso un carácter didáctico, y ofrece novedosas reflexiones sobre los
aspectos artísticos de la luz (estética de la luz). Resulta así un insoslayable
material de lectura y reflexión tanto
para iluminadores profesionales como para alumnos, historiadores y
críticos de las artes escénicas, directores y escenógrafos.
El punto de partida de su investigación lo
constituye el concepto de diseño, su
proceso y su relación con el hecho teatral
(en especial, el texto y el espacio), tanto desde el punto de vista
histórico como semiótico. Sus reflexiones sobre la estética de la luz se
sustentan en un marco teórico en el que
se imbrican creativamente las propuestas de
Appia con la fenomenología de Husserl, al tiempo que las reflexiones
de Edward Gordon Craig y Alexandre de
Salszmann le permiten mostrar “la relación dialéctica entre la
iluminación y el espacio escénico (p.
42).
El tema de la estética de la luz es abordado desde tres ángulos, el semántico,
el morfológico y el sintáctico, lo que le permite analizar de manera
sistemática y exhaustiva los aspectos significantes, visuales y dinámicos de la
luz, respectivamente. Las treinta y cuatro figuras y las catorce tablas
incluidas conforman un útil material didáctico que se enriquece, a su vez, con
indagaciones filosóficas sobre la hermenéutica, y referencias históricas sobre el clasicismo y el barroco.
El capítulo III tiene su punto de
partida en la teoría de la comunicación para desarrollar una descripción
sistemática de las tres etapas que debe cumplimentar el iluminador. Nuevamente
el elemento didáctico se hace presente en los numerosos bocetos incluidos:
boceto de luces para un personaje y para una escenografía, un modelo de guión
de luces, ejemplos de estructura de contraluz o de calles cenitales, de
luminarias en la zona de actuación y de
efectos de luces. Como considera que la
información referida al diseño de luces puede consignarse con precisión, en el
apartado Gráficos y Documentación, aporta modelos de “sistemas gráficos y
planilla de datos” (p. 116) a través de
cuarenta y siete figuras ampliamente explicadas.
“El diseño de iluminación y los
géneros teatrales” ofrece un
significativo aporte, ya que no
sólo se refiere a la iluminación en el
teatro y la ópera, sino que se introduce en el campo de los conciertos de
música sinfónica, un campo sumamente complejo ya que la presencia de la
orquesta genera en el espacio organizaciones
predeterminadas, y “estas formaciones
espaciales responden a exigencias acústicas” (p. 164); asimismo, el desafío
para el iluminador se multiplica, pues
no basta con que conozca la partitura, sino que debe tomar decisiones
fundamentales tales cómo iluminar a los músicos y qué tipo de luz dirigir sobre
los espectadores. El punto referido al
ballet también constituye un logro no sólo por la falta de trabajos que
específica y sistemáticamente aborden el tema, sino porque a pesar de haber
sido escrito en colaboración con la Lic. Vilma
Santillán, tanto la parte de su
autoría (antecedentes históricos y conceptuales del ballet) como la que
pertenece a Mauricio Rinaldi (el diseño de iluminación para el ballet) se
integran perfectamente.
Tal como se señala en la
contrataba, en el Anexo A se incorporan nuevos temas técnicos y en el Anexo B se incluyen los argumentos de las
obras tomadas como ejemplo. Finalmente, me cabe señalar dos aspectos. El primero, la acertada
decisión de incorporar al final de cada
capítulo un resumen sintético pero al mismo tiempo, claro y preciso; el
segundo, una bibliografía criteriosamente seleccionada que incluye tanto a
autores clásicos insoslayables como a los autores que aportan
nuevas miradas. Por todo ello,
creo que este libro está destinado a convertirse en una indispensable fuente de consulta por parte de teóricos y
prácticos de las artes escénicas.
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