Herminia Jensezian ha elaborado un modelo de teatro
político sustentado en lo que podría denominarse un teatro poético de alto
valor simbólico.
¿En qué radica la originalidad de su montaje? En que los
textos informativos -textos originados
en sucesos históricos, que provienen de
hechos históricos se combinan con los textos poéticos, a partir de los diferentes lenguajes de la puesta en escena
(iluminación, música, desplazamientos corporales, gestualidad, un vestuario de
alto valor connotativo por su color y diseño) renacen como discurso dramático-poético.
La palabra vuelve a adquirir
capacidad para nombrar y testimoniar, para resistir y permanecer, para NO
olvidar, claro mensaje de las mayúsculas del título, para evitar que la memoria
de armenios y no armenios se oxide. Pero también, el valor de la palabra escrita
y dicha como medio de reconstruir
identidades, desde la convivencia y juegos de equivalencia entre los sonidos y
los caracteres armenios y castellanos. El texto recitado y cantado en armenio y el texto escrita con sus caracteres armenios
en la pared, exigiendo justicia, reafirma la existencia la vigencia de una
lengua, de una cultura que no puede ser exterminada, porque sigue estando
vigente en las nuevas generaciones.
La directora opera con maestría en
el diseño del espacio, marcando sobre el cuadro los movimientos circulares de
los actores; cuadrado y círculo símbolo el “tiempo que transcurre inexorable”[1].
Tal como lo señala Juan-Eduardo Cirlot
en su Diccionario de Símbolos, el
movimiento circunferencial es una representación del tiempo y mientras que el cuadrado suministra orden y fijeza.
Los movimientos tanto del
bailarín como del relator, sobre todo, aquellos que relacionan el centro con la
periferia, aparecen estrechamente relacionados con el tratamiento que ambos performers (no se trata de personajes
ficcionales, sino seres que, respectivamente, ofrendan su propio cuerpo y su
propio canto al espectador) hacen de los objetos, escasos, de de fuerte valor
simbólico. Las fotos que denotan simultáneamente
presencia y ausencia; ropas oscuras que apiladas pueden ser leídas como cuerpos
sin vida, y desparramadas, como almas errantes, un camastro/carro/objeto que
cita al Gran Visir Mehmet
Talaat Paschá, sujeto/máquina de matar.
La presencia dominante del negro
y el rojo, subrayada por la iluminación, no sólo remiten a los tradicionales símbolos de
muerte y sangre, sino a los dos grandes símbolos cósmicos: el descenso a los
infiernos y al tiempo, el primero; a la agonía y a la sublimación, el segundo. Pero
no hay monotonía cromática, a lo largo de las siete secuencias del espectáculo,
tanto por los matices que el diseño de
iluminación de Herminia Jensezian genera, como por la pintura sobre el
vestuario de Vahram Ambartsoumian realizado por Laura Laspiur.
Los objetos (ropas, fotos,
camastro/carro) evocan los cuerpos
masacrados y el exilio; la canción, la tristeza y la esperanza; la danza, la
energía y la esperanza; la palabra, la denuncia del genocidio de los armenios y
su resistencia en el exilio. Kalusd Jensezian da una clase magistral de
actuación dando nuevo sentidos a los textos y es el factor central con su manejo corporal y
vocal que permite la trasmutación de lo
político en lo poético condensada en la
canción cantada en Armenia y continuada
en el exilio. Vahram Ambartsoumian,
trasciende la perfección técnica propia de todo primer bailarín aportando una interpretación
sustentada en una dramaturgia elaborada a partir de una biografía personal que
es capaz de asumir la biografía colectiva del pueblo armenio. Herminia Jensezian revela su capacidad de llegar con la misma fuerza a
un auditorio heterogéneo, de traducir para culturas diferentes, de convertir en
familiar lo que es aparentemente ajeno, haciendo funcionar el espectáculo
teatral como proponía Gershon Shaked, al diálogo cultural.
Ficha artístico técnica:
Intérpretes: Vahram
Ambartsoumian (Primer Bailarín del Teatro Colón) y Kalusd Jensezian (Actor nacional de la diáspora
armenia).Montaje: Herminia Jensezian. Textos: Autores Armenios versionados por Kalusd Jensezian
Selección Musical: Vahram Ambartsoumian / Edición Musical: Juan Manuel Bevacqua
Voz: Edgardo Kevorkian /Coreografías: Vahram Ambartsoumian
Fotos y Filmación: Tato Borounian /Ilustración de afiche: Laura Laspiur
Diseño y Realización de pintura sobre vestuario: Laura Laspiur
Operación de sonido: Edgar Ambartsoumian /Diseño de Iluminación espacialidad y objetos: Herminia Jensezian /Producción General: TADRON Teatro/ Prensa: Simkin & Franco
[1] “Tiempo
que transcurre inexorable./ Cuerpos que no están en ese tiempo./ Almas que no
están en esos cuerpos./ Sólo existen en el tiempo.” (Programa de mano).
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