sábado, 6 de abril de 2024

ARISTÓFANES EN EL TEATRO ARGENTINO

 

LAS AVES y LYSISTRATA han sido las obras de Aristófanes elegidas por nuestros directores en distintas épocas y en ambos casos, como veremos para ser representadas por alumnos de institutos de enseñanza.

 En febrero de 1960, Adolfo Bettanin montó en el “Teatro del Lago” -temporada de verano al aire libre- LYSISTRATA, protagonizada por Maliza  Zini, acompañada de  excelentes actores como  Martha  Bianchi y Osvaldo  Cattone en los papeles de  Mirrina y Cinesias, respectivamente.  Si bien expone sin ambigüedades el tema central la lucha por la paz por parte de las mujeres frente a los horrores de la guerra generada por los hombres, el director ha elegido la versión de José Luis Lanuza ha moderado la” crudeza” de ciertas escenas y evitado el vocabulario “obsceno” del texto original. Debemos recordar que la traducción castellana de Baráibar y Zumárraga quienes traducían al latín ciertos parlamentos considerados escabrosos para que fueran sólo comprendidos por una minoría ilustrada. La versión suavizada del citado Lanuza trataba de minimizar lo licencioso el tono, la ridiculización de la fidelidad conyugal o las explícitas referencias al sexo, para que el espectáculo fuera recibido sin conflicto por el tipo de receptores asiduos a esas temporadas.

En los 70, es Conrado Ramonet quien asume la puesta en escena y dirección de esta obra que tiene como protagonista a la consagrada Alejandra Boero. Su interés es subrayar lo esencia del teatro de Aristófanes: “su condición de teatro popular y directo”, la directa comunicación con el público”, subrayando la importancia de la Parábasis (momento en el que el coro se dirigía directamente al público para transmitir opiniones del autor sobre temas (y aún personas) del momento.  Su objetivo “Divertir, suscitar simples y claros pensamientos sobre la paz y la guerra y nuevamente divertir” (Programa de mano).   Por una parte, rescata lo colectivo   por sobre lo individual, tanto en el campo de la creación como en el de la recepción: por otra, su trabajo con lo erótico, lo escabroso y lo festivo, nunca anula la denuncia y la crítica.

En ocasión del estreno de LYSISTRATA en el Teatro Eslava, la actriz española Aurora Bautista confirmaba la importancia de lo colectivo: “Lysistrata es una obra que requería una comunidad de actores para poder realizarla. En ella no hay ningún divismo –a pesar de que el nombre de la obra sea el nombre de uno de los personajes- y lo que se debate en realidad es el enfrentamiento de la mujer al hombre, de todas las mujeres de Grecia”. Enrique LLovet, responsable de la versión agrega: Casi todo en él, ciertamente se organiza en torno al erotismo. La desvergonzada superficie verbal de las comedias cubre un penetrante fondo sarcástico”. Y el director José Luis Gómez completa: “Aristófanes es el gran recreador de la parodia, el primer ´kabarettist´, el integrador de todos los ´lazzi´y todas las sátiras imaginables en el teatro. Dentro de una  dimensión estilística es pues, lícito y necesario, aproximar, revitalizar, integrar en nuestra época este tipo de juego”[1].

 Como señalamos antes, LYSISTRATA ofrece un atractivo especial para las escuelas de teatro o instituciones universitarias. Basten algunos ejemplos de estos últimos años:

La versión de Rodolfo Roca fue montada en el 2018 en el Teatro Andamio 90 bajo la dirección de Roberto Monzo; en el 2019, por iniciativa de la Federación de Docentes de Universidades se realizaron dos funciones en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, adaptada y dirigida por  Agustina  Gatto; en 2023 se  estrenó, en el Teatro Municipal de Quilmes, una versión como proyecto final de la tecnicatura en  actuación de la Escuela de Bellas Artes Carlos  Morel.

 

La vigencia que teatro de Aristófanes ofrece ha sido capitalizada por Mauricio Kartún  quien en su puesta SALTO AL CIELO, inspirado en LAS  AVES, potencia los momentos  de parábasis, rescata el valor de la máscara “como un vestido del rostro humano” e incorpora el coro en una doble capacidad de mantener individualidades y representar lo colectivo.  Sin duda, el que en las obras del dramaturgo griego se “pasara revista” a todos los asuntos y problemas de la  vida pública de su época,  resultó como un imán para el dramaturgo  argentino, interesado en una crítica  política, un cuestionamiento de la historia y para el que la caricatura y la parodia le permiten  presentar  varios juegos de opuestos (verdad-mentira, apariencia-realidad,  pobres- ricos, dominadores y sometidos)[2]. A comienzos de los 90 el director Héctor Presa ofrece una versión de SALTO AL CIELO, en la que introduce una personal mirada: la iniciativa de dos jóvenes para fundar un mundo nuevo con la ayuda de las aves, se ve trastocada y un final abierto deriva hacia un universo utópico. La puesta recuperar la energía y vitalidad del teatro aristofanesco, con el empleo de las máscaras (Lelia Bamondi), la musicalización de consagrados compositores (Marcelo Baldomedo y Ángel Mahler) y la coreografía de Mecha Fernández.

Esta línea estética que otorga protagonismo a todos los lenguajes es retomada en el 2023 por la Compañía Intangible Teatro, de Necochea, que en su versión de  LYSISTRATA prioriza el canto, la danza y la música, al tiempo que propone que la idea de lo  colectivo se materializa  también a través de  la creación  grupal

 

Por qué teatristas argentinos siguen eligiendo a Aristófanes?

Creo que por su humanidad y por una serie de  recursos que hoy resultan atractivos para creadores y receptores: propone en cada una de sus obras el protagonismo del cuerpo y la voz, el juego entre el rostro y la máscara, personaje y persona, el  travestismo como valor de principio constructivo en la puesta en escena, la crueldad del lenguaje, la inmediatez de lo erótico y su doble efecto[3], los posibles usos del coro ya como adversario, ya como ayudante, y por momentos con valor protagónico, el teatro como instrumento de denuncia de las  injusticias  que una clase puede ejercer sobre otra, el valor estético de lo bufonesco y lo extravagante, la posibilidad de aunar lo lúdico ficcional con lo “serio” de la vida real, la importancia dada al público y la ruptura de la cuarta  pared.

www.goenescena.blogspot.com.ar

AÑO VII, n°275

pzayaslima@gmail.com



[1]Aurora Bautista y  Lysistrata”, entrevista de  José Monleón,   Enrique LLovet,  “Una ´tentativa´para”,  José Luis  Gómez, “La actualidad de  Aristófanes”, en  PRIMER  ACTO, N° 141, febrero  1972, pp.  47-53.

[2] El historial de censura que posó sobre las obras de Aristófanes es extensa, se encuentra en distintos siglos, y en distintas culturas.En Italia, en ocasión en que Luca Ronconi iba estrenar LAS RANAS en el  teatro  griego de  Siracusa “las presiones políticas que recibieron  por parte del  partido gobernante los obligaron a censurar la obra que caricaturizaba a  Berlusconi y a sus aliados, generando un escándalo de  proporciones imprevistas lo que obligó a  intervenir en  persona al primer ministro italiano  (“Berlusconi se somete a  Aristófanes”, EL PAÍS, Madrid,  21/05/02, p. 1).En el  2006, la puesta de LOS ASAMBLEÍTAS, en Venezuela por parte de estudiantes generó alarma  entre  los directivos de la institución “haciéndoles temer el disgusto de alguna autoridad gubernamental”  (declaraciones de su director Juan  José  Martín, TEATRON, AÑO 11-12, N°  14 Y 15, MARZO 2006, p. 107).

 

[3] “La voluptuosidad suspende la angustia, pero al mismo tiempo la profundiza”, sostenía George  Bataiile (La felicidad, el erotismo y la literatura, Buenos  Aires,  Adriana  Hidalgo  editora, 2004, p. 86.

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