Como “una ceremonia de amor” definió Vicente Zito Lema
el espectáculo dirigido por Ana Yovino, estrenado en el teatro “Mil80” generado
sobre textos de Jacobo Fijman y del citado Zito Lema; el subtítulo/epígrafe
elegido “¿Qué hiciste con el amor mientras el otro sufría?”, que corresponde a
este último, orienta la mirada del espectador desde el comienzo. Con
dramaturgia de Alejandro Spangaro y de la citada directora, el espectáculo trata
del amor y la condición humana, el dolor y la muerte, la fuerza de las
creencias y la fragilidad de la esperanza; con personajes, por momentos
fantasmáticos, que vuelven a instalar aquellas preguntas que planteara en 1987
Wim Wenders en su film “Las alas del deseo”: cuándo empezó el tiempo
y adónde acaba el espacio.
Ana Yovino revela
datos claves de su puesta en escena en el programa de mano:
“Una caja de cartón desechada en la basura, oficia de
espacio sagrado donde la poesía de Fijman brilla en las sombras, a pesar y a
través de su marginación. Buscamos en el potencial infinito de ese metro y
medio. Una caja mágica donde habita todo lo que pudimos encontrar al escuchar
os versos de Fijman, la búsqueda conmovedora de Zito Lema plasmada en sus
relatos y poemas. Fijman recluido desplegando sus dibujos, música, máscaras y
poesía, rompiendo “todas las tejas de los pesebres
humanos”.
Ana, entre sus muchos trabajos como actriz, es la
inolvidable Ester (EL SEÑOR BERGMAN Y
DIOS, de Marcelo Bertuccio[1]) y la potente y original
Antígona, en la versión de Watanabe;
domina tanto los pequeños espacios
escénicos expandiendo todos los límites, y los grandes, siendo capaz de capturar la mirada del
espectador sobre su desempeño actoral.
Sagaz lectora de textos poéticos (excelente su visión
sobre el mundo lorquiano)[2] en este caso, subraya los
elementos axiales de los textos fuente y descubre lo no dicho. Como
coordinadora de talleres que abordan la “Poesía Acción”, se focaliza en la
investigación de las obras clásicas y los poemas en situación dramáticaEn esta
oportunidad, conecta la poesía de dos figuras del siglo XX, Vicente Zito Lema (Buenos
Aires, 1939) y Jacobo Fijman ( Moldavia, 1898-Bs. As., 1970). En
una entrevista de Carlos Pacheco revela
tres puntos centrales de su técnica y su
estética: a) “Tenemos todas las capas humanas y elegimos que ponemos en juego y
que no”; b) Apostamos a intensificar el
“gusto por el decir poético”, y c) Apuntamos a
“promover un verdadero encuentro con la poesía”[3]. Por ello, en este
espectáculo incorpora la música y
la plástica de ese violinista callejero
que en el Hospicio dibujaba “sobre cualquier papel, servilleta y
cartones” (“Mi poesía es toda medida, de una manera que la acerca a lo musical”[4]) como camino para
revelar la intimidad, pero también la
proyección al presente de quien fuera abandonado, ignorado, marginado y
torturado por sus contemporáneos.
El primero había publicado en 2012 DIÁLOGOS[5] libro en cuya
introducción veía en el diálogo “una de las más antiguas formas literarias, su fin es unir la verdad
con la belleza tras un vínculo dialéctico”, y su proceso creativo seguía la secuencia pensar, escuchar,
dialogar. Esto explica su conexión con Jacobo Fijman a quien acompañó en su último
tiempo; su búsqueda y su encuentro con quien comparte el reconocimiento de la
complejidad que supone la escritura en paralelo con el acto de vivir, y la
importancia que le otorga a la imagen como factor creativo. Reconoce en el
apasionado converso su humor y su bondad, su inocencia su valentía por
transitar por el camino más alto y desierto. Vicente Zito Lema y Jacobo Fijman
están conectados no sólo por la poesía sino por el ansia común de buscar
libertad individual, verdad y belleza, por su rebelde “excentricidad” que los
lleva a rechazar la obligación de seguir comportamientos establecidos por sus
respectivos entornos.
Italo Calvino sostenía que “el arte de escribir
historia está en saber sacar de lo poco que se comprendido de la vida todo lo
demás”, y que “la página tiene su bondad sólo cuando la vuelves y está detrás
la vida que empuja y descompone todas las hojas del libro”[6]. La dramaturgia de Alejandro Spangaro y Ana
Yovino dan prueba de ello, al tiempo que Gerardo Morel, Julia Conlazzo y Brian
Andrés Pombinho Soares (El Anunciado, La Novia y Fijman Violinista, respectivamente)
transmiten con su cuerpo las complejas emociones e ideas que propone el texto
con sutileza y libres de toda
simplificación.
Spangaro supera el desafío de representar a Zito Lema,
y a Fijman, en sus “multiplicidades” y propone una escenografía (en
colaboración con Giselle Bosio) que, como cita de las mansiones de los
escenarios medievales, permite celebrar en este caso una “misa de desechos” con
un nivel superior ocupado por El Anunciado y La Novia y un inferior (al mismo
tiempo tierra e invierno) habitado por Fijman. Allí la caja de cartón que lo
revela y lo oculta, lo libera y lo encarcela tiene impresas frases y palabras:
con claridad puede leerse “Frágil”, símbolo de del poeta, y, entre muchas
otras, “paisaje/horizonte” símbolo de su producción poética.
Las máscaras, diseñadas y construidas por Giselle
Bosio, permiten que afloren las capas que recubren y al tiempo descubren
diferentes matices del poeta interpelado; subraya así el doble sentido de
“prosopon”: el “delante de la cara” del antiguo griego, y el de “persona”, de
la teología patrística. La música original y el diseño sonoro de Gerardo Morel,
el video de Silvio Gatto y la iluminación de Betina Robles contribuyen a
expandir el universo verbal para, como
lo proponía la directora, desplegar también
los otros lenguajes no verbales cultivados por Fijman.
www.goenescena.blogspot.com.ar
AÑO VI, n° 258
pzayaslima@gmail.com
[1] Sobre esta obra puede verse,
Perla Zayas de Lima, www.miradasobresuecia.blogspot.com (17 de octubre de 2002)
[2]Directora del
espectáculo “Federico, poema del cante
jondo, estrenada en el CELCIT, temporada 2020”, fue coautora de la
dramaturgia con las actrices Ingrid Pellicori y Marcela Suez.
[3] www.lanacion.com.ar (14/03/2020
[4] En entrevista con Vicente
Zito Lema agregaba: “En MOLINO ROJO, hay una gran influencia de la Sonata de
Corelli..En HECHO DE
ESTAPAS, de los cantos gregorianos. Y en ESTRELLA DE LA MAÑANA, la
medición sigue la del latín eclesiástico”, Citado por Gabriela
Brunch en “Jacobo Fijman, un ángel en el hospicio” (NOTICIAS DIA POR DIA, 02/04/2014).
[5] Buenos Aires, Topía
Editorial, Colección Psicoanálisis, Sociedad y Cultura.
[6] EL CABALLERO INEXISTENTE,
Madrid Ed. Siruela, 1990, pp. 61 y 134.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario