sábado, 22 de julio de 2023

EMILIANO LAREA, INTÉRPRETE EXCEPCIONAL DE UN ESPETÁCULO PROVOCATIVO.


 

En el Teatro La Plaza se presenta UNA HISTORIA BAILADA. JIJOP. Un espectáculo que calificamos de provocativo por su poder de desestabilizar convenciones, tanto las que se refieren a los espectáculos destinados a niños como al papel que desempeña el cuerpo como sujeto/objeto narrador. Un tema familiar a los espectadores de todas las edades es la del muñeco al que su creador logra dar vida trasciende a otro nivel cuando se pone en evidencia la existencia de un mundo de humanos que puede caer en la inhumanidad.

La puesta en escena logra un perfecto equilibro entre tensión dramática, el humor (“clave de mundos mágicos”) y el impacto visual. La risa no le impide al espectador, especialmente el adulto, percibir la incongruencia que genera y, a la vez, sufre la sociedad y el conflicto ente la fuerza y la debilidad humanas, o los límites de la resistencia ante el automatismo

 La idea original de Emiliano Larea y Gabriel Paez se plasma en una concurrencia de lenguajes que confluyen en una puesta en escena   que puede calificarse de modélica para quienes cultivan el teatro musical.  La música original y el diseño original de Melina Moguilevsky y Tomás Rodríguez se acopla a una “partitura lumínica” propuesta por Adrián Cintioli, que marcan con precisión ritmos y situaciones.

El diseño de la escenografía (Martín Diez y Azul Borenstein) genera un lugar de la acción dramática esencialmente dinámico en el sucesiva y simultáneamente conviven los desplazamientos del performer con el de los asistentes y los objetos, y un espacio que permite el empleo de técnicas nuevas y tradicionales y combinatorias de lenguajes. Azul Borenstein acierta con el diseño de un vestuario que tanto al protagonista en su doble rol de artesano/inventor y muñeco /humano como el de sus asistentes, Zaira y Leila Sada. A ellas le permite lograr plasticidad en los movimientos y homogeneidad en su función de manipuladora de los objetos; al protagonista exhibir veloz y adecuadamente sus personificaciones (personaje y función). Viste el cuerpo pero, también el rostro y hábilmente elabora un vestuario que no se agota después de una contemplación inicial por parte del espectador.

Emiliano Larea se define en las redes como actor bailarín, artista, performer. Los títulos de sus espectáculos anteriores: PLÁSTICO (protagonismo de lo visual) y ELÁSTICO (“se cuenta una historia con humor corporal”), y su actividad como fundador del espacio “Mueve” son datos que ayudan a entender la propuesta estética de JIJOP. Sus movimientos, gestos y desplazamientos exploran distintas posibilidades expresivas y denotativas a través de una variación de escala de matices, pero no permite que la profusión de dichos movimientos, gestos y desplazamientos opaque la mostración de lo esencial; siempre están a servicio de establecer conexiones para que el receptor capte significaciones implícitas. Como consumado mimo y bailarín trabaja sobre sobre las partes acentuadas y no acentuadas de ambas partituras (la musical y la lumínica) para marcar las diferencias entre similares movimientos y/o secuencias (J.Dalcroze  hablaba de un ritmo musical y un ritmo  plástico o  propio del movimiento). Transita fluidamente del personaje al performer y viceversa. (en este punto el diseño del programa de mano es especialmente significativo y en ese itinerario se manifiesta como “un maestro artesano” al que nada  se resiste a la simbolización.

Intérprete (Larea) y director (Paez) ofrecen en JIJOP, un material poético, musical, teatral mágico, sorprendente, y una ficción reveladora. Como afirma el dramaturgo Alberto  Wainer

“Los poemas, las canciones, las fábulas

No se acaban jamás.

Van siempre por delante de nosotros

Y son infinitamente más ligeros”.

 

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AÑO VI, n° 266

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