Esta nueva publicación incluye cinco textos de Briski , cuatro de ellos ya estrenado en el T. Calibán, precedidos por lo que el dramaturgo denomina una “visión artística. Esta edición incluye un prólogo de Osvaldo Saigón, un comentario de Eliana Wassermann en la solapa y cinco imágenes que corresponden respectivamente a cada una de las obras incluidas. “En contra de la tapa”, una breve, pero insoslayable reflexión del autor sobre la situación actual del teatro.
Wassermann, quien participara como actriz en UNIFICIO y LA CONDUCTA DE LOS PÁJAROS, combina datos biográficos precisos, con definiciones metafóricas sobre el autor (“es el gauchito gil del campo teatral”, el “desertor de las guerras inútiles”) y sintéticos juicios sobre sus obras (“La dramaturgia de Briski, es una idea, como los números”, su teatro es “una pulsión que tiene olor, que tiene mirada”). El prólogo de Saigón completa la presentación de estos textos a las que su autor ve “como parte de la producción cultural de la post-dictadura”. Su lúcido comentario sobre cada una de las obras se completa con varios ítems que orientan a lector: 1) son obras que recuperan “los grandes temas”, proponen “novedosos sentidos” que involucran a las nuevas generaciones “en un cuestionamiento activo de nuestro social histórico” (p. 9), maneja “un buen humor tan lleno de ambigüedad que se torna imposible” (p. 11), se esfuerza en “demoler el mundo de las ideas de la copia platónica” (p.13), reescribe un teatro político, pero huye de “todo estereotipo, de todo binarismo”, (p. 14) El breve pero medular prólogo, sitúa acertadamente la dramaturgia de Briski en el contexto, y destaca el aporte del dramaturgo que se atreve a enfocar dos cuestiones irresueltas “la derrota y el progresismo” y poner en escena temas como la “revolución, el socialismo, la insurrección, la teoría y las vanguardias” (p. 9)
En la contratapa Briski completa sin eufemismos su objetivo frente a “un teatro dormido”: “Este teatro es para las cabezas que ruedan” (…) Aquella crueldad que fue asesinada despierta para la renguera de los apolíneos”.
Los “territorios verticales” que Briski propone en la Visión Artística que precede a UNIFICIO adquieren un fuerte valor simbólico en el que lo humano se disuelve en juego de palabras que significan a fuerza de no significar. Dadá junto a lo kafkiano, presencia de un insecto inocente” (p. 29) un permanente juego de diferentes niveles discursos que van de lo vulgar a lo científico, de lo banal a lo profundo, voces en off que se expresan en español, en guaraní o en francés, diálogos que incluyen expresiones en inglés; la acción y la inacción como la espera (cita a Godot) y las referencias al suicidio. Las secuencias autorreferenciales a las artes del espectáculo como “Extras” disparan sin piedad sobre las relaciones entre creadores y receptores: “Sin mediocridad no hay audiencia” (p. 49), el protagonismo de lo paródico en el “Sketch de remodernas bailarinas” revela como “la danza todavía cuestiona su existencia”, y alcanza su clímax en la escena final “Los flamencos” en donde las acciones físicas desplazan totalmente a las palabras.
Osvaldo Saigón dedica una significativa parte del prólogo para referirse LA CONDUCTA DE LOS PÁJAROS, obra escrita en colaboración con Vicente Muleiro y estrenada en 2018; el comentario del propio Briski que la precede es también más extenso que el de las otras “visiones artísticas” de su autoría. Esta obra conforma un modelo de teatro político entendido en el sentido de “propagar e inculcar conscientemente el espíritu de case y la lucha por el poder” (Piscator, Comunicado de 1920) y asimismo como lo entendía Brecht, como un instrumento que puede participar en la transformación de la realidad, desde las estructuras de comportamiento del individuo. Pero, al internalizarlas, las transforma en un propio proyecto. La obra presenta a través de diálogos y monólogos las ideas e Manuel Ugarte y Rosa Luxemburgo. Para el autor es necesaria “una ética nueva” (p. 62). De allí, la inclusión del personaje de Litero cuya intervención permitiría “la aplicación de alternativas emancipadores”. A lo largo de las diferentes argumentaciones sobre los alcances y los límites de las ideas de Marx, Sartre, Foucault Bakunin, Trotsky y Lenin, como también sobre el comunismo, el socialismo, el peronismo y el liberalismo en la Argentina, la obra busca que aparezca un “entre” solidario de los tres personajes (Rosa, Manuel y Litero) que permita “visualizar el hecho solidario como fundacional de la fuerza de la subjetividad, que se expandiera con el boca a boca, con la mirada, con la sensualidad olvidada por las ideas sectorizadas” (p. 63). Cabe preguntarse ¿La obra roza aquí el campo de las utopías? Más allá de las coincidencias o no en el campo ideológico, lo importante de esta obra es que los lectores/espectadores son conminados a organizar y argumentar sus propias y personales creencias.
El libro incluye también la versión estrenada en 2018 de AL LECTOR. Aborda el análisis de la formación profesional desde un ángulo poco tenido en cuenta “su influencia en el Estado y en el sistema productivo” (118). Sin concesiones cuestiona a los intelectuales que ignoran o soslayan lo que no está en su entorno, la inteligencia que no está al servicio de lo humano. Es central la elección de un lenguaje y escatológico en un contexto de destrucción en el que ubicados en la terraza de una Academia H1, H2, H3 y H4 dialogan sobre lo que sucede en las calles, pero siempre distorsionando la realidad y evadiendo entender el sentido de las cuatro humaredas que se vislumbran en los cuatro puntos cardinales.
LA MEDICINA TOMO I, estrenada en 2019, retoma la idea de “obra de denuncia” con dos personajes, el Dr. Mercado (apellido con inmediato reconocimiento simbólico) y el enfermero-camillero que ponen al descubierto “la mecanización de una medicina parcelada” (p. 140). Pero un teatro polémico subordinado a dos opciones estéticas: “diluir la trama para solo buscar las intensidades trágicas “y vinculado a la estética cinematográfica por su capacidad “de la aproximación a la rostridad y de la cantidad de sucesos” (p. 140), en este caso las catorce escenas por las que también circulan empleados, enfermos y sus parientes.
Cierra el volumen, 9.81, obra escrita en 2018 dedicada a Macedonio Fernández y que no llegó a estrenarse. De nuevo el uso de los números como ideas-fuerza. El 5 que reúne a todos los textos, puede ser entendido como símbolo de los “cuatro miembros regidos por la cabeza” (Papus, Tratado elemental de ciencia oculta, Buenos Aires, Kier, 1988), o como para los asiáticos, de los cuatro puntos cardinales más el centro. ¿En estos sentidos debe ser entendido el mensaje de la tarjeta incluida en el libro para el lector y firmada por Briski: “Yo soy de la cintura para abajo pura cabeza”? En su “Visión artística de 9.81” explica la relación entre el tema y su título: un operario “de forma empírica y dilucidando teorías (masa x velocidad/9.81) reduce esta inercia hasta un punto tal que podría eliminarla, como también reflexiona que la inercia es parte fe la conducta de los vínculos humanos” (p. 168). La elección del monólogo en lugar del diálogo le permite una exposición en la que alterna afirmaciones y dudas, definiciones e interrogantes sobre la vida, la muerte, las emociones y el amor frente a la inexorabilidad de la inercia ¿deseable o indeseable? De allí su original interpretación de Kafka: “no se dio cuenta que no fue su experiencia de explotado que metamorfosioó (sic) su cuerpo, fue terminar con la inercia de la alienación la psicoinercia que le permitió liberare, dejar de ser humano” (p. 174)
Las cinco obras proponen un MÁS: lenguaje poético + combinación de una amplia gama de tipos de discursos + teatralidad + conjunción de razón-pasión + política + historia. Y sobre todo, + esfuerzo y participación activa por parte del receptor.
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AÑO N.º 247
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