lunes, 18 de noviembre de 2019

CAMPO MINADO. UN REESTRENO NECESARIO.


En el Teatro San Martín Lola Arias reestrenó CAMPO MINADO, una obra que en su momento (2016) contó con unánime éxito por parte de la crítica y el público y ahora vuelve a conseguir. Varios son los motivos: un tema que continúa siendo “una herida abierta” para un sector mayoritario de la sociedad argentina, pero que también ahonda en aspectos que son universales como lo son violencia de la guerra, la muerte, y los efectos que esa contienda se instaló en los hombres que la protagonizaron.

El texto deja abierto un arduo camino para el receptor, lo que lo convierte en ese espectador activo que el teatro actual busca generar. No se trata aquí de una participación “física” sino mental a partir del momento en que concluye el espectáculo. A un involucrarse emocionalmente le sucede la aparición de una mirada crítica, razonadora sobre un hecho que hace a la práctica artística. ¿Cómo se relaciona historia y ficción? ¿Historia o historias? ¿Lo individual y/o lo colectivo? Y el tono apelativo de la secuencia final sitúa al receptor a través de explícitos interrogantes en un plano en el que deben tomar posiciones personales frente a la guerra, la violencia, el poder y la muerte. 

La autora soslaya inteligentemente ese historicismo sentimental del que hablaba Henri Daniel-Rops (retomando ideas de Paul Valery), que busca recordar con nostalgia pasadas gestas, intensificar los nacionalismos, eternizar los conflictos entre enemigos hereditarios y permite aflorar y/o alentar recriminaciones y rencores. CAMPO MINADO propone una historia de acontecimientos (la guerra de Malvinas) pero sobre todo de personajes. No aparecen esas figuras excepcionales que Carlyle denominara “Héroes” y Grousset “figuras de proa” sino seis veteranos que hablan en primera persona sobre ellos mismos y sus historias familiares, exhiben objetos personales (ropas, cartas, fotos, restos de una tienda de campaña). Protagonistas/ testigos en el campo de batalla entonces, surgen hoy como protagonistas /testigos en el escenario que exhiben y comentan documentos periodísticos y encarnan detrás de una máscara quienes fueron responsables directos de la guerra (coetáneos Leopoldo F. Galtieri –n. 1926, y Margaret Thatcher, n. 1925) ejemplos claros de la utilidad que tiene para el poder construir enemigos, tema que Umberto Eco desarrollara en su ensayo, titulado precisamente “Construyendo al enemigo”.

 Lola Arias define a su proyecto como “una video instalación, una obra de teatro, una película y un libro bilingüe”. Pero por sobre todo, es un ensayo sobre cómo representar la guerra y cómo crear en el disenso. Considero que su rol como directora es magistral por la sincronización de los videos y su relación con el cuerpos de los actores, la elección de la música y las canciones como motores de la acción y depositarias de “mensajes” al tiempo que se combina con una partitura rítmica de la luz perfectamente sincronizada, su inteligente selección de los protagonistas, veteranos a los que reconvierte en excelente actores capaces además de organizar el espacio, cantar, tocar instrumentos, manejar las proyecciones e interpretar de manera notable sus propios dolorosos recuerdos y reflexiones. Ellos construyen la historia, ese relato de quien puede decir: “vi, sentí” (palabras de Jacques Le Goff); y reviven un pasado a partir de interrogantes planteados y dictados por el presente intereses intelectuales o necesidades sociales y morales presentes (Ernst Cassirer), necesidades e intereses que la autora explicita en el programa de mano: más allá del fervor nacionalista contestar, al menos dos interrogantes: “Qué queda en la memoria de alguien que fue a la guerra años después?( …) ¿qué quedó en la memoria de los veteranos ingleses? ¿Cómo sería reconstruir la guerra con antiguos enemigos”

 Su elección del título adquiere entonces un fuerte valor simbólico: no se trata sólo del suelo que en 1982 fue el lugar de la confrontación, sino del presente en las islas en cuestión, en Inglaterra y en la Argentina donde otros tipos de minas aun no han podido ser desactivadas.


www.goenescena.blogspot.com.ar

 Año IV, n° 201

pzayaslima@gmail.com

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