domingo, 4 de septiembre de 2016

LA GENERACIÓN DI TELLA OTRAS INTOXICACIONES, EL NUEVO LIBRO DE KADO KOSTZER.

Este tercer ensayo sobre nuestro teatro -publicado en Buenos Aires por Eudeba (2016)- ofrece coincidencias y diferencias con sus dos obras anteriores, Personajes (por orden de aparición), del  2011, y ¿Hablaste de mí? Viñetas para una biografía de  Bertha Moss, actriz, del 2015. Continúa siendo vigente la voz de una primera persona testigo de los acontecimientos presentados, pero en este caso ese testigo ha sido también un privilegiado participante.  El título constituye todo un acierto y está cargado de significación por un doble motivo. Por una parte, remite al espectáculo Libertad y otras intoxicaciones, “ceremonia teatral” de Mario Trejo que es valorada como una reformulación de los ejercicio del Living Theatre y como representativa del carácter que tuvieron muchos de los espectáculos del Instituto Di Tella, y porque en ella debuta Kado Kostzer como actor.
El ITDT es analizado en este libro en  “primera persona” por un testigo y participante que  devela  los secretos de las puestas en escena, pero también los diferentes itinerarios que calificados artistas tuvieron que transitar a partir del cierre. Tal como lo señala en el capítulo 31, el estar establecido en Europa en 1973 le permitió viajes y la asistencia a espectáculos de líneas estéticas dispares.  En sus recorridas por París, México, Madrid y Nueva York, el autor tuvo la oportunidad de apreciar los trabajos de Marilu Marini, Roberto  Plate, Roberto  Villanueva, Alfredo  Rodríguez Arias, y de otros famosos (y de otros no tanto). A causa de sus viajes a Buenos  Aires (y a partir de  1983 su regreso más prolongado a la ciudad en la que actualmente reside) pudo (y supo) mantener el contacto con sus ex compañeros y participantes primarios y secundarios de este movimiento de experimentación que marcó no sólo a una generación y no sólo al teatro, sino a la plástica, la música y la danza; por ello puede ofrecer invalorables datos hasta ahora desconocidos sobre un creador  y teórico como Oscar Massotta (capítulo  30).
Kado Kostzer en sus múltiples facetas (en sus comienzos actor, y luego, dramaturgo, director, traductor, publicista, guionista, narrador) manifiesta la poco común cualidad de reunir buena memoria, sensibilidad, humor y erudición. Basta con detenerse en los capítulos 1 (“El edificio”), 64  (“1984”), 55 (“Los esperapalomas/ Uviedo”), o el 53 (”Documentos fílmicos”), respectivamente. Pero también se manifiesta con un tono de rebeldía y el desparpajo al describir las fiestas, las drogas, las vidas privadas, las infidelidades y traiciones de quienes fueron protagonistas o parteners. 
Las personas por él convocadas son diseñadas desde distintos ángulos y perspectivas: desde un respetuoso homenaje a Jorge Petraglia, Indalecio Leal Rey e Iris Scaccheri, y la admiración y afecto por Marilú Marini e Iris Marga, con polémicas opiniones sobre Roberto Villanueva Mario Trejo, Carlos Trafic o Nacha Guevara, el deseo de rescatar del olvido para las nuevas generaciones de personajes como  Bergara Leumann y Federico Klemm. Todo lo relacionado con el Di  Tella aparece integrado de modo natural a las referencias sobre los espectáculos, directores, actores, escenógrafos y vestuaristas: arquitectura, música, cine, danza, moda, pintura, los habitués, los empleados, los negocios de la Galería del Este y Florida, las modelos…
El libro combina equilibradamente opiniones subjetivas sobre artistas, personajes, actividades y obras relacionadas con “la manzana loca”, con datos objetivos tomados de archivos y bibliotecas, los que reúne en una bibliografía sistemáticamente organizada en libros y  artículos, catálogos de las muestras del Centro de Artes Visuales, colección de programas de todos los espectáculos del Centro de Experimentación Audiovisual, Memorias Anuales del Instituto Di Tella, Revistas de actualidad, culturales y de teatro,  y otras de circulación masiva. Observador sagaz y memorioso  el autor nos brinda interesantes y reveladores detalles sobre el proceso de producción de varios espectáculos y los problemas surgidos en los ensayos, como así también sobre la recepción por parte del público y las polémicas posiciones de los críticos (Ernesto Schóo, Jaime Potenze, César Magrini). El capítulo 50 (“Enemigos) muestra dos de los frentes con los que se enfrentaban los participantes de este centro de  investigación y experimentación: dentro del campo teatral, al  ilustrar de modo claro el grado de virulencia que ostentaban los seguidores de Stanislavski en nuestro país; y en lo político y social, el autoritarismo y la necedad de la policía de la seccional 15 en su persecución de sospechosos.
Lo social, lo privado y lo profesional se entremezclan en este libro que no es uno más sobre el Di Tella, sino un ensayo, a la vez, crítico, investigativo y de interpretación. A lo largo de  424 páginas y  de 66  breves capítulos, opta por un lenguaje libre e informal, y como lo hiciera Montaigne en el Renacimiento presenta sus “humores y opiniones”, pero sin soslayar una intención propedéutica que se pone en evidencia especialmente en las páginas finales. En su apartado “Cronología” aparecen los nombres y referencias de los actores y colaboradores en los rubros técnicos y creativos, una lista parcial de los integrantes artísticos frecuentes de los espectáculos del CEA y una síntesis de lo ocurrido en la Argentina y en el mundo entre  1963 y 1970 en los diferentes campos: político, cultural y artístico; por supuesto, con especiales referencias a lo generado en el ámbito del CEA y del  CAV. Las imágenes que incluyen  programas y fotos de impecables resolución permiten una aproximación a lo que significaron ambos centros y ayudan a cumplir con el propósito del libro que Kado Kostzer enuncia en “A manera de Prólogo”: “compartir con nuevas generaciones mi paso por el Di Tella, primero como un espectador ávido de novedades escénicas y luego como miembro activo en diversos espectáculos, algunos verdaderamente trascendentes”.
Allí también enuncia de modo lúcido tal vez una de las más acertadas síntesis sobre el ITDT, lo que amerita a que sean el cierre de este comentario:

El teatro de Di Tella estaba hecho con una urgencia inhabitual en esos tiempos. Quizás sin andamiaje teórico que los respaldara. Quizá con más entrega que técnica. Quizás con más audacia que reflexión. Quizás con más prepotencia que preparación. Aunque todos impregnados y motivados por la pasión” (p. 12)


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