sábado, 6 de mayo de 2023

MARCOS MONTES: UN ACTOR DE ORO PARA EL HOMBRE DE ACERO.

 

Obra premiada. Actor premiado. Unánime éxito de crítica. Permanencia en cartel a sala llena. Un hombre de acero presenta un luminoso texto sobre las reacciones familiares y las reacciones posibles frente a la resolución de conflictos. Desde el comienzo el autor impone su mirada sobre la importancia de las palabras, su significado, la responsabilidad al usarlas y la necesidad de comunicarse, de establecer vínculos a través de ellas.

El autor, Juan  Francisco  Dasso, en su calidad de director resuelve le multiplicidad de los espacios citados y los espacios que allí circulan, pero también el de los silencios que interpelan. El texto trasciende en varias direcciones el tema de la relación de un padre con su hijo: la familia como lugar de anclaje, la importancia del recuerdo, qué es lo que rescatamos entre los pliegues de la memoria y su función a la hora de construir lo identitario; la secuencia en la que el padre rememora situaciones de su adolescencia, es clave para que el protagonista pueda  comprender la adolescencia del hijo y complementa el lugar central que se otorga a la etimología, esclarecedor  regreso a los orígenes y dadora de sentido.

Los nombres propios definen y ubican a los personajes como distintos de los otros, en este caso tienen origen griego y un valor orientador para entender el conflicto:

Neo (el hijo): “lo nuevo, “lo reciente”, implica también renovación de lo antiguo, lo que surge recientemente, es el nombre de uno de los principales personajes de la película “The  Matrix”[1]. Es el “incidente” lo que determina un cambio fundamental: quien estaba sumido en el silencio adquiere el poder de la palabra, en este caso a través del grito.

Dionel, nombre peculiar que se traduce, tal como se manifiesta en el espectáculo como el consagrado de Dios, el bendecido de Dios; pero el nombre etimológicamente considerado también implica “seguidor de Dionisio”, y como tal es quien genera el despertar sexual de Neo. Irene, “la que tiene paz”, es la madre que duerme.

La falta de comunicación del hijo se corresponde la dificultad de conectarse del padre, ya no por una enfermedad, sino por su conducta adquirida: convenciones, “marcos” racionales. El fracaso, enfundando en el disfraz de superhéroe es la peripecia que lo conduce a lo verdaderamente heroico cuando decide cruzar el umbral de sus limitaciones, su propia coraza. Es entonces cuando se pone en evidencia, la limitación que los argumentos, o las argucias tienen a la hora de persuadir.

El diseño del programa de mano (fotografía, Christian Inglize) es revela las implicancias del espectáculo al presentar un conjunto de imagines que transitan desde lo informativo (contexto social), lo simbólico (figura del padre y su mirada “mutilada”, y lo sicológico (engranajes que rigen conductas colectivas e individuales

Como director, Dasso diseña espacios en la escena y espacios citados (interiores y exteriores, del presente y del pasado) que adquieren valores simbólicos: el “incidente” ocurrido en el baño de una institución encuentra su resolución en otro baño, el de la casa familiar; un invisible Dionel tiene su lugar  en la platea y  esa silla vacía cobra  notable fuerza dramática; y propone como ejes estructurantes de la  acción  “cuerpo y narración”[2], subrayados por la escenografía y vestuario de Cecilia Zuvialde y la iluminación de Ricardo Sica.

Marcos Montes, actor-personaje-narrador transita por los distintos niveles discursivos, lo informativo, lo expresivo y lo apelativo, este último a con los personajes citados (receptores ficcionales) y con el público (receptores reales). Logra un equilibrio prefecto entre el protagonismo del gesto, del movimiento, de lo coreográfico, de la mirada, de la voz y de la palabra organizada rítmica y melódicamente a través de sus matices.

No es fácil para un receptor situarse en parámetros totalmente objetivos a la hora de calificar a un actor como muy bueno, excelente, brillante, excepcional o único (y aquí se le suma el escurridizo concepto de estilo). Por ello me refugio en el “para mí”, “en mi opinión” y apelar a metáforas.

Montes es un actor de oro que potencia  a un  “hombre de acero” (oficio), maneja y  recrea un personaje de modo que lo vemos como él único posible de hacerlo (talento), establece con su sola presencia una estrecha comunicación con el público, lo seduce y la atrapa (carisma). Y así como interpela y motiva a su “interlocutor bloqueado” (Dionel) para que (re)accione, cautiva y captura a otro “interlocutor bloqueado”, el espectador, para que se sumerja en el mundo que propone, se emocione y reflexione.




www.goenescena.blgospot.com.ar

 AÑO VI, n° 262

pzayaslima@gmail.com.



[1] Tomado de Pérez Porto, J., Merino M. (21/03/2019) Neo-Qué es, usos, definición y concepto.  Definición de. Última actualización 21/11/2022). Recuperado el 24 de abril de 2003 de https://definición.de/neo/

[2] Sobre el funcionamiento de este en  los espectáculos unipersonales a partir de los años  80 puede consultarse TREATRO AUTOBRIOGRÁFICO. LOS UNIPERSONALES DE LOS 80 Y 90 EN LA ESCENA ARGENTINA, de Beatriz Trastoy (Bs. As. Nueva Generación,2002).